lunes, 26 de septiembre de 2011

De borgoñotas y tapizados

Domingo y me encuentro saliendo de casa antes de la hora de comer. ¿Milagro? ¡No!
Tenía afán de Rastro pero mi intención no era suficiente para combatir a las sábanas, así que optamos por el plan más sencillo: visitar algo que cerrase sobre las 18'00hrs.
Cierto es que algo tenía ya en mente, y que la Historiadora que hay en mí venía dando puntapiés para ser escuchada: haz algo cultureta! -gritaba.
No me pude resistir, en el Palacio de Abrantes (c/Mayor, 86) exhibían una preciosa colección de indumentaria Renacentista, reconstruida fielmente en base a pinturas famosérrimas contemporáneas, y encima... ¡ gratis! La exposición forma parte de las actividades que realiza el Istituto Italiano de Cultura, así que visto el nivel, la que escribe promete estar atenta a la siguiente ocasión.
Después de haber sido transportados al Renacimiento Italiano, qué mejor que comer en un Ristorante: el Via Appia (c/Unión, 10) nos ofreció un menú de domingueros a un precio razonable y con calidad  (pidiendo a la carta, supongo yo que sale bastante más peliagudo).
Así que con los estómagos rellenos de pizza, pasta, aceto balsámico y scamorza, nos dirigimos al punto álgido de la tarde: la vista al Palacio Real.
Antes que nada, me siento en la obligación de comentar que son 10 eurazos de entrada y que cada folletito lo cobran a 1€...pero una vez allí...pues hasta te parece poco entre tanto pan de oro, mármoles, porcelanas orientales e incrustaciones de metales preciosos en las armaduras y escudos.
El recorrido se divide en 3 partes: Farmacia Real, Armería Real y Palacio Real.
La Armería Real hace las delicias de casi cualquier hombre (si es Historiador, amante de lo medieval, o friki a secas, mucho más) en tanto como está de llena de armaduras, espadones, ballestas, borgoñotas, lanzas de justa, cañones...y un largo etc.
Por otro lado, las estancias del  Palacio Real dejan a los profanos tal que apunto del colapso ornamentístico: no hay ni un hueco sin volutas, hojas de parra, dorados, tapices, entelado con bordados en las paredes o frescos en el  techo. No quiero desvelar más, porque sino los 10€ dejarían de tener sentido.
Resumiendo, que ya es bastante: un día muy bien aprovechado!







domingo, 18 de septiembre de 2011

Cibelina

"Soy Cibelino". Así rezaba uno de los eslóganes de la Cibeles Fashion Week de estos días.
Parada de metro de Campo de las Naciones, Recinto Ferial del IFEMA, 17'00 hrs y un solazo imponente para recibir, sino mi primera visita al lugar, sí la primera al Cibelespacio.
Stand de Mercedes nada más entrar, y un poco más allá el de la revista Glamour y la Hola, y azafatas con unas requeteideales zapatillas Converse rosa. Heineken y Solán de Cabras eran los encargados de dar de beber al personal (más agarraos que todas las cosas!) y otras firmas varias se repartían por los enmoquetados y escasos metros cuadrados de los que dispone el Cibelespacio.
Boris Izaguirre entrevistado por Núria Roca y Nieves Álvarez, Rusia como país invitado para exhibir a algunos de sus creadores (mucha piel y mucha ostentación de dorados), y más de una firma pequeña muy digna de ser consumida. En especial he vuelto enamorada de una marca barcelonesa que ha estado a punto a hacerme gastar lo que no tenía. Ni que decir hay que me he aguantado hoy, pero que no tengo intención de ser tan recatada con la visa la próxima vez que pise la Ciudad Condal!
Y básicamente eso ha sido todo, N. y yo esperábamos más...pero como no había...pues metro de vuelta hacia Alonso Martínez para merendar un par de palmeras glaseadas con mermelada de fresa, en una de las confiterías con más solera de Madrid: La Duquesita (calle Fernando VI).







Fashion Snapshot

18:00 en la C/ Flor Alta, nº8.
Las puertas del IED ya están abiertas y un par de azafatas esperan ante el photocall de Samsung.  La gente va pasando y posando con su mejor outfit, el premio: descuentos en las tasas de los cursos del IED, cámaras digitales y por supuesto, ser visto y requetecomentado en blogs, twitters y demás redes sociales.
Quienes hemos acudido a trabajar al evento no podemos evitar mirar la vorágine de muchachas/os con cierto aire de nostalgia. No hace tanto, nosotros éramos alumnos y también teníamos esa sensación mariposil en el estómago.
Ron Barceló provee a las gargantas sedientas, mientras las firmas y los bloggers sacan pecho ante los fotógrafos que revolotean entre el personal.
Kling, Pepa Loves, El Ganso, Poète, Adolfo Domínguez, Alma Aguilar, Alohe ópitca...y un nutrido etc. completan la lista de marcas que se sumaron al evento.
Por mi parte, yo voy a hacer lo propio: el stand de Poète me espera, y con la acreditación al cuello me lanzo al combate.  ¿Preparados?

sábado, 10 de septiembre de 2011

al Ventorrillo

Dícese que se cuenta, de una mujer que vendía violetas en Madrid.
No era Sara Montiel, pero fue tan verídica como la estatua que a ella se dedica en el Parque de las Vistillas, lugar perfecto para ver el atardecer de la capital.
A. prometió algo castizo y distinto, y A. cumple siempre. Así que allí estábamos, sentados en la Plaza de Gabriel Miró, frente a una fuente que es todo un enigma (recomiendo ir a verla, de ella Dan Brown sacaba una novela en un pispás), contemplando el sunset tranquilamente.
A un lado, la Catedral de la Almudena, que aunque es fea como ella sola, se vuelve de postal al encenderse las luces e irse el sol;  al otro lado, la Carretera de Extremadura y la Casa de Campo.
Esta zona ajardinada y apartada dentro del tumulto de Madrid, conserva algunos de los lugares con más solera, como una Champañería/librería (sí, habéis leído bien), o un bar con terraza llamado el Ventorrillo.
Ese fue el lugar elegido para cenar un pincho de tortilla española y ver cómo decrecía el sol, ¡preciosísimo!
Es curioso cómo entre tanto barullo, coche y boina de polución, existen esos huecos donde hasta parece que el tiempo no tiene prisa y el aire se respira mejor.
A. bien sabe que nos ha quedado pendiente regresar para probar el "pollo a la buena mujer". No sé cómo estará cocinado, pero ya me hace salivar sólo con oir el nombre, ñam!


jueves, 8 de septiembre de 2011

Pero cuánta tontería!

VFNO: Vogue Fashion's Night Out.
Serrano engalanado con marquesinas con fotazas míticas de Vogue, alfombra roja en los establecimientos colaboradores, globos, flores, un ir y venir de metros de cableado, pruebas de sonido, hielos, vinos...Así de bonita y prometedora era la VFNO a las 6 de la tarde.
En nuestra tienda aguardaban un par de periódicos para hacer entrevistas y fotos al joven dueño y su padre (un grande la de moda española, más sieso que todo).
Así lo había dejado yo todo en tienda, para disfrutar de un breve descanso para mis pies, antes de empezar oficialmente el sarao a las 21hrs.
Ya en el metro de camino de vuelta comenzaba a visulmbrar dónde me metía: niñas hiperpintadas, con hipertacones y rebosantes de "osea tía" se agolpaban entre las paradas de Velázquez y Serrano.
Oh muy God! Goya está infestado! Casi tuve que apartarlas a codazos hasta poder llegar al curro!
Una vez en la tienda (dónde parecía que nos habíamos vuelto locos regalando catering y bebida), vino la segunda parte: más de lo mismo versión armagedon final.
Bloggers, exconcursantes de GH, cantantes, gente que debía tener mucho más dinero que buen gusto, señoras que al entrar por la puerta directamente preguntaban ¿qué regalais? y mucho, y mucha, y muchísimos niñatos! Que ganitas de sacar la escoba y mandar a más de una a la calle!
A las 00.00hrs, cómo en los cuentos, la magia desapareció, las djs dejaron de pinchar (por cierto, qué grandes! currar con su música fue un gustazo), y los peinados lacados, las uñas pintadas y los tacones de vértigo dejaron paso a lo que suele ocurrir: un reguero de mugre detrás de la socialité. Lo que viene después no hace falta explicarlo, jeje. A ver si en la próxima edición soy yo la que lo vive subida en unos high heels ;)






miércoles, 7 de septiembre de 2011

Un final feliz

No suelo escribir hechos personales, ni mucho menos hechos personales que no sean propios, pero lo que ayer pasó fue tan "de cuento" que quiero hacerlo público.
R. (una de mis compis de curro), estaba ya un tiempo dándole vueltas a su futuro laboral, que si seguiré en la empresa, que si no.... porque cuando desde Central te dicen que no te ven con suficiente experiencia para desempeñar tal o cual tarea, ponte a temblar, pequeña.
Pero Madrid es especial y tiene ángel, así que esa misma tarde... una clienta que se marchó muy satisfecha, había vuelto a recoger unos vestidos, y una vez en caja  preguntó cómo marchaba la tienda. R., siendo sincera, admitió que no sabía cuánto de largo iba a ser su futuro profesional allí.
Al día siguiente muy de mañana, yo aun estaba vistiéndome para ir al curro cuando R. me llamó loca de alegría: la clienta en cuestión, había mandado un mail a Central explicando cuantísimo valíamos el personal de tienda, y haciendo especial mención a R.
Al final recoges lo que siembras: R. fue felicitada por la propia gerente y restituida en su cargo a pleno derecho!



lunes, 5 de septiembre de 2011

Las Suertes

"Se llama suerte a la creencia en una organización de los sucesos afortunados y desafortunados."
Esta definición algo regulera, made in wikipedia, me sirve para encabezar esta nueva entrada: Ayer parecía que la suerte estaba tan agustito en casa que no quería venirse a dominguear con R. y conmigo.
Mediodía en Sol, y nosotras con ganas de ir a fundirnos la visa dentro de nuestras escasas posibilidades. Primera parada, Topshop. En cinco minutos liquidamos la marca anglosajona para montarnos en el metro, Línea 1, dirección Valdecarros hasta llegar al Centro Comercial La Gavia. Casi una hora de trayecto + tener que bajar del suburbano por "incidencia en la línea"+ equivocarnos de parada, para finalmente llegar a Las Suertes! Merecido nombre para la parada de metro que te lleva al Centro Comercial La Gavia, plantado en medio de la estepa, perdido allende las nuevas construcciones con habitantes fantasma.
Como locas nos lanzamos al Primark, a las tiendas dónde ponía "zapatos a 3€" (reconozco el gran ojo que tiene R. para esas cosas), a Ikea, y a recorrer los pasillos arriba y abajo, abajo y arriba. 5 horas más tarde, con el cuerpo hecho miguitas y la barriga llega de Mc Donalds, decidimos retirarnos dignamente: habíamos cumplido lo que se esperaba de nosotras, jeje.


domingo, 4 de septiembre de 2011

18362

18362. Me quedo mirando el número de la pulsera que me da el anfitrión de la fiesta y luego echo un vistazo al local. Sí, hay gente, ¿pero de verdad soy la persona 18362?
Estamos en la Calle Valverde 11, en La Chula de Valverde. Barra libre de tintos o cañas mostrando nuestra pulserita azul: es cómo ir al FIB, pero gratis y sin playa, jeje.
El sitio no nos disgusta, además enfrente está el Ya'sta, que se convierte a esas horas en una peregrinación de lo más granado entre los portadores de piercings, tatoos, pelos de colores, medias de rejilla y un sinfín de estilismos que me recuerdan a mí misma no hace tanto!
Cómo la noche es joven, pero no lo era tanto el personal de La Chula,  N. y yo decidimos hacer un viaje en el tiempo sin cambiar de barrio: primer round en El Fabuloso (sí, sí, vamos tanto que parecemos socias) dónde vimos a Nancho Novo y Carlos Díez, y de ahí a La Vía Láctea.
Calle Velarde 18, La Vía Láctea es uno de esos locales míticos ochenteros de la ciudad, uno de esos a los que hay que entrar sólo para poder decir yo estuve ahí. Pues nosotras estuvimos: extraña iluminación (te ves las caras con todo el mundo, no hay penumbras) y decoración original y retrofuturista es lo que encontrareisallí (me abstengo de comentar la música porque debe ser que esa noche el pincha estaba poco lucido...).