domingo, 29 de julio de 2012

Pecadores

En esta "fainal cauntdaun" antes de las vacaciones (y del inventario) resultaba imperioso salir a darlo todo.
S. me esperaba en Gran Vía publicando ya un nuevo estado en el Facebook...y digo yo, que si empezamos así, es que la noche promete.
Fuencarral arriba nos metimos en La Sureña, franquicia de relativamente nueva creación, dónde los cubos con 5 quintos (aquí les llaman botellines) cuestan 3 euros. Creo que no hace falta que diga que los cubos se vacían rapidísimo, jejeje.
Pasaba de la una de la mañana cuando empezamos a callejear por Chueca, y los RRPP no paraban de hacer su trabajo: "chicos, al Long Play? entrada gratis hasta las dos". Entonces yo miro a S. y le pregunto "¿nos apetece Long Play?" a lo que él me responde negando con la cabeza: "nanai, que es un antro".
Un instante después llega la segunda oferta: "chicos, al PK2? Dos copas 15 euros...
El PK2 era nuestra gran cuenta pendiente y el relaciones públicas era un chulazo rubio muy agradable de ver, así que no tardamos ni un minuto en hallar consenso: andando!
Por el camino nos íbamos entreteniendo con sanas diversiones cómo jugar al 1, 2, 3: por 20 céntimos de euro, profesiones que quitan la libido. Un, dos, tres, responda otra vez...
Cola para entrar en el PK2 y mucho rabo dentro (perdón por la expresión). ¡Aquello era un auténtico campo de nabos! ¿qué puede esperarse de una discoteca gay? pues justo eso!
Otro chulazo (ésta vez moreno y vestido con un escueto bañador) nos dio una piruleta al entrar, y entre eso, y ver que no había cola en el baño de chicas, mi veredicto estuvo hecho: la discoteca bien valía los 15 euros que acabábamos de pagar.
Aunque el Dj no era especialmente hábil, pinchó todos los temazos imprescindibles: que si Rihanna, que si Pitbull, que si el Danza Kuduro, que si la canción ganadora de Eurovisión...un no parar!
Lo que ocurrió a partir de ahí ya no es cosa que deba publicarse, cada uno que haga sus cábalas. 
Dejo a S. la última palabra ;)





jueves, 26 de julio de 2012

De guiri en la ciudad

Adivina adivinanza: ¿Qué clase de persona te encuentras andando Alcalá hacia Cibeles, en el mes de julio, a las 16.00hrs, bajo un sol de justicia?
La respuesta es muy fácil: ¡un guiri!
Ya que ésta semana ha sido un ir y venir de visitas, dedico la entrada de hoy a mis queridos "guiris autóctonos". Familiares y amigos que se pasan por Madrid y te alegran, y te hacen sentir un poco más madrileña de lo que creías cuando les enseñas "tu ciudad".
Si la crisis sólo aprieta "suavemente" (y uno no puede permitirse viajar al extranjero), hacer de extranjero dentro de la Península es una muy buena opción para el período vacacional.
Así que ahí va mi planning de visitas típicas y tópicas para una escapada fugaz a la capital:
-Visitar algún Museo. Imprescindible si te gusta el Arte, o si simplemente quieres quedar de "cultureta" con tus amistades al volver. Hay mil alternativas, elegir una corriente artística que satisfaga nuestro gusto será relativamente sencillo.
-Subirse a ver las vistas desde el antiguo Palacio de Comunicaciones, hoy sede del Ayuntamiento de Madrid. El edficio, recién restaurado, es una joyita arquitectónica con vistas a Cibeles, AlcaláColón y más allá. Puede subirse al mirador gratuitamente y además cuenta en su interior con sala de descanso con wifi (los pies cansados lo agradecen mucho!).
-Comer un bocadillo de calamares en la Pza. Mayor o en el Brillante, y si hay que merendar, que sean unas tortitas con nata y sirope en Vips (les pirran las tortitas a los madrileños, qué cosas...)
-Ir a alguna manifestación, marcha, concentración...todas pasan o empiezan en Cibeles o Neptuno. Desde la celebración de la Eurocopa a manos de "la Roja", hasta una caminata de órdago llegada desde el norte con mineros incluidos.
-Terminar el día bebiéndose un copazo en una terracita o local con aire acondicionado por la calle Gravina (aunque odie el Gintonic tengo que admitir que está muy de moda), y después levantarse de la silla sin saber ni qué ni cómo.

Por mi parte espero con ansia unos días de playa y relax: en breve seré yo quien esté por Valencia haciendo de guiri! Quién lo diría!



lunes, 23 de julio de 2012

Cuando Hopper abre una ventana...

Suele decirse que cuando se cierra una puerta, se abre una ventana.
Hoy me atrevo a acuñar el inicio de la frase de un modo distinto: cuando Hopper abre una ventana...(dejo que la terminéis vosotros/as).
Edward Hopper (1882-1967) fue uno de los pintores norteamericanos que definió, bajo mi punto de vista, el Arte Norteamericano. Y es que cuando ves Hopper, no sólo ves Nueva York, Cape Cod, Carolina del Sur...sino que sabes que estás saboreando la esencia yankee.
El Museo Thyssen-Bornemisza alberga hasta el 16 de septiembre una recopilación fantástica de las obras de este artista, quién mostró como nadie la sensación de soledad.
Ciertamente no se me ocurre otra estación del año mejor que el verano para hacer una exposición así: porque si cuando vas a ver Hopper encima es invierno y escuchas música pop, resulta inevitable que te invada cierto sentimiento suicida. No exagero.
Hopper me crea preguntas tales cómo ¿qué clase de pintor obsesionado con "las vistas" no era capaz de distinguir el día de la noche, el amanecer del atardecer? Pues sus lienzos se bañan en una luz tan extraña que una no sabe a ciencia cierta en qué hora se desarrolló la instantánea.
Miradas perdidas en el infinito, parejas incomunicadas a pesar de su proximidad, paisajes sin personas y personas que no importan más en la composición que una silla  o una cama...
Hopper pide ser visto como cualquier grande que supo decir algo más, con los ojos ávidos y el corazón lanzado a darse un vuelco.





sábado, 21 de julio de 2012

Otra primera vez

Hace escasos días me encontraba comiendo en el Vips de Pza.España con A., celebrando su casi-reciente paternidad (son ya dos meses que la pequeña Naiara está en el mundo). 
Me decía lo increíble que es todo lo que le pasa con la peque: son todo primeras veces.
Y es que la mayoría de nosotros solemos ir buscando siempre primeras veces, esa experiencia nueva, ese hecho prístino, esa sensación inexplorada.
Las primeras veces te encuentran también: darte cuenta por primera vez que echas de menos a alguien, que algo que habías repudiado hacer, una vez hecho resulta que te encanta...o que te pongan una navaja en el costado y te hagan darles todo el dinero de la caja.
A esta primera vez me vengo a referir hoy: ser víctima de un robo con arma e intimidación. El jueves fue mi primera vez (y la última, espero).
Son situaciones que te descubren: cómo es la realidad de la vida, cómo eres tú y cuál es tu modo de reaccionar en circunstancias adversas.
No hubo herida, no hubo más mella que una caja registradora de un comercio vacía. Pero sí hubo una sensación nueva que atesoraré para siempre: el miedo, la incertidumbre, el intentar observar y retener cada detalle, el hecho de pensar ¿qué hago? ¿salgo, grito, corro, intento ser un héroe? y la posterior relativa calma.
Que lo vivido nos deje seguir viviendo...y añadiendo primeras veces.