viernes, 5 de octubre de 2012

Estado de sábado

Últimamente vivo en una especie de constante "estado de sábado".
El "estado de sábado" es aquél en el que tienes la sensación de estar todo el tiempo de vacaciones, de que los horarios no importan y que los plazos de entrega pueden modificarse como tú quieras. 
¿Es martes y el miércoles madrugas? ¡Y qué! Te vas a cenar tan ricamente al mejor restaurante chino del mundo mundial (o de Madrid), que se encuentra en el párking de Plaza España
No me preguntéis cómo se llama, porque por no tener, no tiene ni cartel luminoso ni cuarto de baño. 
Cinco mesitas a rebosar y el hecho de tener que mear en los WC del párking son bastante garantía de que si vas allí, es porque la comida es algo impresionante. ¿Qué llevaba ese pollo con verduras? No sé si lo averiguaremos algún día, pero eso era "droja de calidad"!
Ir allí es toda una experiencia digna de Isabel Coixet en Mapa de los sonidos de Tokio. Ni le sobra ni le falta nada. ¿Que no hay dinero para viajar a Oriente? ¡Pues a Pza. España a cenar!
Otro síntoma del "estado de sábado" es el hecho de satisfacer deseos sin realizar desde mucho tiempo atrás. El mío fue ver a Extremoduro en el Festival Envivo (Rivas)
¡Años y años jurándome a mí misma que si el Robe y los suyos volvían a girar iría a verles, fuese cómo fuese! Y así fue, con un frío de cojones y tras haber vivido un chaparrón digno del Diluvio Universal el día anterior, los de Plasencia nos deleitaron (a nada menos que 55.000 personas) con todo su savoir faire.

No diré nada más, sólo cerrar este post con una frase del rutilante Shega: "No estoy cansado. Cinco días sin dormir no son nada, si los cinco han sido sábados" ;)