lunes, 12 de marzo de 2012

Del vodka a la absenta

San Petersburgo en Madrid a través del Hermitage. 
¿Pero qué hago todavía buscando un domingo libre para ir? Tic tac, tic tac...que ésto se acaba ya!
Solazo de impresión, horario laboral de lujo y las fechas justas para ver una exposición que prometía ser el resarcimiento de mi no-viaje a las tierras soviéticas (una triste historia con la cual no quisiera compungiros).
Así que me calzo las gafas de sol y me paseo Recoletos enterito hasta llegar al Museo del Prado
Pero...Wait a minute! 
Hagamos un inciso necesario: ¿habéis visto el edificio del Cuartel General de la Armada? (c/Montalbán)
Si la respuesta es NO, dejad de leer esto si es preciso y marchaos a verlo YA!

Prosigo, L'Hermitage en el Museo del Prado es una exhibición/resumen de lo cuantísimo que podríais ver si viajaseis a San Petersburgo. Pero como no vais a ir, os conformáis con verlo escuetamente en Madrid. 
La Historiadora del Arte que hay en mí no la recomienda especialmente. ¡Oh, sacrilegio! Pues sí, eso he dicho. 
Salvo un cuadro de Friedrich, las exquisitísimas piezas de orfebrería de Eurasia y algo más, la colección permanente del Prado no tiene nada que envidiarle. 
Un carboncillo de Von Stuck (El beso de la esfinge), me hizo recordar la actual exhibición que la Fundación Mapfre muestra sobre Odilon Redon, recientita recientita desde el Musée d'Orsay!
Así que como sólo tenía que subir Recoletos otra vez, me permití entrar en la creatividad onírica del pintor francés, padre de los navis, y hacedor de múltiples láminas a carboncillo con cabezas cortadas y ojos expectantes.
Pedir más sería avaricia. A casa a descansar.




domingo, 11 de marzo de 2012

Dándome un capricho

Al final de la línea 5 del metro existe un lugar de ensueño.
Allá donde se erigió un templete al dios Baco, donde un ermitaño guiaba a los paseantes perdidos y donde, a su vez, una vieja bruja espera a que no hayas entendido bien las directrices.
Todos estos lugares y alguno más se encuentran dentro del Parque del Capricho.
Los Duques de Osuna fueron quienes adquirieron el terreno en el s.XVIII, siendo la propia duquesa la impulsora de este paraíso artístico-natural.
Consta de diversas edificaciones de carácter efímero (los Caprichos) tan distintas como encantadoras: un Laberinto formado por arbustos de laurel, el Casino de Baile, la Casa de la Vieja...
Aunque sólo abre los fines de semana, no hay excusa para no visitar este lugar encantado. 
Tumbarse en el césped a leer, escuchar el sonido del agua, de los pájaros entre la hojarasca, dar un paseo...
Abrid la puerta al Capricho, aquí dentro nada malo puede sucederos. 
Bueno, solamente una cosilla: que se os cague un pajarito encima, jejeje. 
Beware!






http://www.esmadrid.com/es/portal.do?TR=C&IDR=877

jueves, 8 de marzo de 2012

La esquina dorada

A veces, la rutina y el horario extraordinario te llevan a semanas de existencia a lo walking dead: trabajo-compra-lavadora-casa-trabajo.
Pero iré al grano, porque últimamente en mi vida está muy in vogue eso de "si bueno y breve..."
Tomaos tres horas de una tarde cualquiera para vosotros.
Elegid una compañía grata, y saboread un café o lo que queráis en el Starbucks que da a Alcalá, justo en la esquina con la c/Virgen de los Peligros (el nombrecito es perfecto!).
Sentaos un par de sillones que den a los grandes ventanales y...y ya está! No hay que hacer nada más. Que pase el tiempo. Bebed el café, hablad de lo que sea, relajaos, reíros un rato, cambiad tropocientas veces de postura...todo vale.
La tarde irá pasando y la luz irá cambiando, y se obrará la magia. La magia llega sola, a poquitos o de repente. Miras por la ventana y allí está: el Teatro Alcázar iluminado, el Madrid vivo transitando por la calle en esas horas rojizas. 
Me gusta.