sábado, 21 de julio de 2012

Otra primera vez

Hace escasos días me encontraba comiendo en el Vips de Pza.España con A., celebrando su casi-reciente paternidad (son ya dos meses que la pequeña Naiara está en el mundo). 
Me decía lo increíble que es todo lo que le pasa con la peque: son todo primeras veces.
Y es que la mayoría de nosotros solemos ir buscando siempre primeras veces, esa experiencia nueva, ese hecho prístino, esa sensación inexplorada.
Las primeras veces te encuentran también: darte cuenta por primera vez que echas de menos a alguien, que algo que habías repudiado hacer, una vez hecho resulta que te encanta...o que te pongan una navaja en el costado y te hagan darles todo el dinero de la caja.
A esta primera vez me vengo a referir hoy: ser víctima de un robo con arma e intimidación. El jueves fue mi primera vez (y la última, espero).
Son situaciones que te descubren: cómo es la realidad de la vida, cómo eres tú y cuál es tu modo de reaccionar en circunstancias adversas.
No hubo herida, no hubo más mella que una caja registradora de un comercio vacía. Pero sí hubo una sensación nueva que atesoraré para siempre: el miedo, la incertidumbre, el intentar observar y retener cada detalle, el hecho de pensar ¿qué hago? ¿salgo, grito, corro, intento ser un héroe? y la posterior relativa calma.
Que lo vivido nos deje seguir viviendo...y añadiendo primeras veces.





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