Volvía yo tan feliz de trabajar...no porque hubiese sido un buen día de ventas, sino porque el domingo libraba y me las prometía muy felices durmiendo hasta las tantas...cuando veo en mi puerta una carta, LA carta: Oficina del Censo Electoral!
Zas, en toda la boca! la he abierto hasta con miedo porque intuía, muy mucho, lo que iba a encontrar allí escrito. Doña Mireia, se ha dado de baja su domicilio del Censo Electoral en blablabla, para estar empadronada ya a todos los efectos legales en la dirección blablabla de Madrid!
Me ha entrao un pinchasito en el corasón, ya no voy a votar en casa....ésto, sumado a que me dicen que al hablar castellano no tengo acento de mi lugar de origen, parece la confirmación de algo inevitable...
No hay comentarios:
Publicar un comentario