martes, 3 de mayo de 2011

La Biblioteca Nacional se acicala

"Perfumería y cosmética, junto con la moda, son algunos de los instrumentos más utilizados por los hombres y mujeres a lo largo de la historia para mostrarse ante los demás con arreglo a los gustos y cánones de belleza que imperan en cada momento". Así empieza el catálogo de El arte de la belleza, con homónimo nombre al de la exposición que alberga la Biblioteca Nacional de España.
El enorme edificio situado en el Paseo de Recoletos y que da a la Pza. de Colón contiene esta muestra, recogidita y cálida, de documentos, carteles, emboltorios y frasquitos de jabones, perfumes, lociones y cuchillas de afeitar, que antaño formaban parte del mundo, cada vez más amplio, de la cosmética y la perfumería.
Tras entrar en la Biblioteca Nacional, de altura ciclópea y luz diáfana, se cruza la arcada central para adentrarse en esa pequeña sala en semipenumbra (supongo que para conservar mejor los libros, dibujos y carteles expuestos) y uno cae, cual Alicia hacia el País de las Maravillas, hasta esta minúscula cámara de tesoros. Lo único que se echa en falta, el olor, que dejado a la libre imaginación del espectador, le permite reconocer las fragancias de sus antepasados a través de tipografías déco y sonrientes amas de casa rubias.
Hasta el 5 de junio puede visitarse y la entrada es gratuita.



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