Anochece en la capital y el calor se vuelve un poco menos cruel. Ya has ido a la Pza.Mayor, y ya te sabes Sol de memoria. Bajas la Calle Arenal hacia Opera, rodeas el Teatro Real, la luna ha salido.
Terracitas invaden la zona, pero optas por un kebab. Lo pides para llevar, te sientas en uno de los bancos de piedra que dan la espalda al Palacio Real. Estás en la Pza. de Oriente, al lado de la estatua ecuestre de Felipe IV, y justo a los pies de algún rey godo. ¿Teodorico? ¿Agila? ¿Chindasvinto?
Terminas tu kebab. Si ha habido suerte no te has manchado mucho, y si has tenido más suerte aun, el joven y virtuoso heavy que toca el arpa delante del Palacio Real, ha actuado esa noche. Así que decides pasear. La enorme construcción del siglo XVIII comenzada por Filippo Juvara, y seguida más tarde por Juan Bautista Sachetti y Francesco Sabatini, se alza grandiosa en estilo clasicista. Iluminada en la oscuridad, resulta uno de los mejores lugares para pasear de noche en Madrid, si es acompañado/a, mucho mejor.
Helado Palazzo en mano y pies sin prisa, usad alguna de las horas de la noche de domingo hablando de lo que sea en este marco incomparable. Catedral de la Almudena a un lado, Jardines de Sabatini abajo, tomáoslo con calma, en este lugar, no hay prisas.
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