Primera reunión de coaching en el trabajo.
El coaching es una de las tantas cosas modernas que las empresas de hoy en día, grandes multinacionales y no tan grandes, hacen "para/por" sus empleados, en aras de llevar un control mayor y una especie de motivación extra. Lo que de toda la vida se ha llamado como veamos qué tal van los números y en qué te puedo apretar las tuercas, ¿pero motivando, eh?
También debería decir que el nuestro fue un coaching entre colegas, porque otra cosa no sé si habrá, pero el buen rollo nos sobra a puñaos. Tanto es así, que otro día más, hicimos gala de algo tan madrileño como "salir a tomarse una" después de currar.
Calle Génova arriba, fuimos a parar a La Fábrica (Biermuseum), donde cenamos las consabidas salchichas alemanas con patatas. Doy fe que hay variedad: tablas de tríos, dúos, hot dog...
De ahí, caminito a Chueca previo paso por Malasaña. Y directamente, sin rodeos ni nada, al Delirio! 15€ de entrada con derecho a dos consumiciones y lo que se tercie.
Ubicada en la c/Pelayo, 59, el Delirio, es una discoteca de ambiente, y como he leído por ahí "DLRO Live: Se trata de una sala destinada al público gay y gayfriendly que surge como fuerte alternativa a las discotecas típicas del ambiente de la capital. La planta de arriba tiene un ambiente más tranquilo con una zona de sillones. La planta inferior, con música dance y los últimos éxitos disco, dispone de un amplio espacio".
Pues sí, el espacio era amplio, pero llegó un momento en que estábamos como piojos en costura.
Parafraseo otra vez: "mucha estupenda en muy poco espacio". La Britney sonando, los podiums a rebentar, cola en el baño: de ambiente o no, hay cosas que suceden en casi-todas las discotecas, jeje.
Me gustó :)
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